Una de las terapias “autoimpuestas” que mas me está costando
darle continuación en el tiempo es curiosamente la que a priori menos me resultaría
costosa.
La del blog.
Y eso que me debiera ayudar la experiencia de 8 años
trabajando directamente en ellos.
Al intentar buscar un porqué de esta “astenia bloguera” me
vienen a la cabeza (o a mi parte útil de ella, je,je,je) dos cuestiones. La
primera es la dificultad de hablar (en realidad de exponer, ya que de momento
no hay diálogo en esta bitácora) sobre temas íntimamente personales. Nunca me
sentí un divo, y en esto de los blogs pudiera existir cierto autobombo que se interpretara
como tal por parte del lector.
La segunda cuestión de mi pereza literaria es, creo yo, la
que se intenta tratar con este medio: la enorme dificultad de encontrar las palabras
y las expresiones adecuadas que exactamente reflejen lo que quiero decir.
Al poco de suceder el ICTUS mi logopeda me tranquilizaba en
este sentido: “En tu cabeza está el “hueco” donde intentarás colocar la palabra
que buscas. Si no das con ella, no te preocupes. Da un rodeo. Tienes todo el
tiempo del mundo”.
A ver si me voy animando, cojona!!